Yucatán.- Los priistas de Yucatán afirman que a Gaspar Quintal le quedó grande la silla. Llegó a la Casa del Pueblo a dividir, excluir y terminar de aniquilar al PRI yucateco. Tal parece que su ego lo rebasó. Después de haber recibido un fuerte respaldo político por parte de las distintas corrientes políticas del PRI, Gaspar las cortó de tajo, alejándolas por completo desde la más incipiente actividad, demostrando su “poder” para golpear a todo aquél que no se le someta bajo el techo de la casa que es considerada del pueblo.
Figuras que para muchos eran innecesarias pero con capital político se han sumado a las filas de Morena, esa silenciosa marea guinda que acostumbra operar bajo la sombra, sumando conciencias con una simple acción, integrándose a sus intereses. Parece que Gaspar vio el pastel muy pequeño y lo quiso solo para él. Quizás creyó que los panistas cambiarían sus colores y él sería la figura o el nuevo jefe por encima de Rolando Zapata y los líderes que lo llevaron a la presidencia estatal del PRI.
Esto último dicho por los mismos exiliados: no hay que confundirnos, nadie se fue, él los corrió con el látigo de su desprecio. Pablo Gamboa, Mauricio Saurí, Jorge Carlos Ramírez, Felipe Cervera, Francisco Torres y Jorge Carlos Berlín, por mencionar algunos de los muchos cuadros y militantes que, hartos de su indiferencia y arrogancia, escucharon el canto de las sirenas en Morena.
Gaspar Quintal Parra, conocido golpeador, enfrenta serias críticas y falta de apoyo por parte de los exmiembros del partido. La sombra de Rolando Zapata y la percepción de que Gaspar trabaja en favor de sus intereses dificultan cualquier intento de reactivar el partido y recuperar su legitimidad.
Hay que recordar que el PRI es actualmente, a pesar de todo, la segunda fuerza política del estado de Yucatán, Sin embargo, por la falta de liderazgo y el desprecio de su violento presidente estatal, el PRI corre el riesgo de que en la elección del 2024 sufra una debacle histórica al obtener menos del 10% de la votación estatal y se vaya a un deshonroso tercer lugar.
El debacle del PRI tiene nombre y apellido: Gaspar Quintal Parra