El 30 de agosto de 2019, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declaró el fin de la corrupción en el gobierno federal, sin embargo, ese decreto presidencial no llegó a su Delegado en Quintana Roo, Arturo Abreu Marín, quien el pasado 2 de marzo entregó la Delegación del Instituto Nacional de Migración (INM) al Lic. Ángel Ramírez Florescano, quien apenas en tres meses ha demostrado porque le dieron ese cargo federal.
La Delegación del INM en Quintana Roo, con sede en la ciudad de Cancún, ha sido una dependencia plagada de eventos relacionados con gran corrupción desde su instalación, por lo que muchos de sus empleados han sido despedidos y varios terminaron en la cárcel; aunque el principal tráfico de indocumentados ha sido el de cubanos, también se sabe de una red de tráfico de indocumentados chinos, africanos y sudamericanos, gran negocio que durante muchos años ha enriquecido no sólo a funcionarios del INM sino también a funcionarios de gobiernos estatal y municipales, situación que por el comportamiento del Ángel Ramírez Florescano, seguirá sucediendo a pesar del decreto del fin de la corrupción en México emitido por el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador en agosto de 2019.
Tan sólo a uno mes de haber recibido el cargo de manos de su amigo Arturo Abreu Marín, el que fuera presidente de la Barra de Abogados de Quintana Roo, ya había impuesto las nuevas tarifas y condiciones laborales, las cuales fueron denunciadas por los trabajadores del INM en el mes de abril pasado, solicitando la intervención de la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien para calmar las aguas, ordenó algunos ajustes en la cadena de mando, pero sin tocar a Ángel Ramírez Florescano.
En el mes de abril, los trabajadores del INM bajo el mando de Ramírez Florescano, denunciaron que el delegado, por medio de los mandos medios de la Delegación, les exigía el cobro de cuotas ilegales en los trámites migratorios, y una cuota extra para los extranjeros que aceptaran la expedición inmediata de sus documentos, mientras que a los trabajadores los obligaban a laborar sin darles el equipo de protección para evitar contagios del virus del COVID-19 además de violar el acuerdo emitido por la Secretaría de Gobernación por el que se suspendía el servicio al público como medida de seguridad sanitaria.
Pero las actividades ilícitas de Ángel Ramírez Florescano se han extendido, ya que integró a su equipo de corrupción y extorsión a personal ajeno al INM, quienes operan el tráfico de indocumentados en el Aeropuerto de Cancún y en Playa del Carmen, como es el caso de Jorge Alejandro Mendoza Villegas, quien con la credencial P40871 expedida por Aeropuertos del Sureste (ASUR) se mueve a sus anchas al interior del aeropuerto ostentándose como Sub-Director de Área con la supuesta comisión del INM para atender a los migrantes, situación que personal del INM asegura no ser cierto ya que Mendoza Villegas no es funcionario de la dependencia federal.
Y por la protección de Arturo Abreu Marín, la red de tráfico de personas que lidera Flores Cano, hoy opera libremente en Playa del Carmen, donde fue enviada la Lic. Mariana Garduño, quien ofrece servicios migratorios con rapidez y seguridad en los pasillos de Plaza Antigua, sede del INM en Playa del Carmen, oficina a cargo del Lic. René Medrano Domenzaín, quien ha visto disminuir en forma importante las solicitudes de servicios migratorios a partir de la llegada de la representante de Ángel Ramírez Florescano para ofrecer servicio exprés en los pasillos de Plaza Antigua.
Por lo que sucede en la Delegación del INM en Quintana Roo, se demuestra que quienes dicen representar con honestidad al gobierno de la 4T están más preocupados por sus intereses personales y de grupo que por sanear las instituciones de gobierno de la gran corrupción en la que ellos mismos participan, engañando al pueblo bueno y sabio que los llevó al poder, porque cabe mencionar que el delegado del INM en Cancún es hermano de quien fuera candidato a presidente municipal en Benito Juárez y regidor en la administración 2016-2018, Julián Ramírez Florescano, otro amigo cercano de Arturo Abreu Marín.